o no lesbiana apostando por los caballeros en libre competencia con las otras damas, damitas, lamentables hembras, sobre todo si siguen consejo ninguno, de cura o de hombre, digo de varón (es decir mucho llamarles hombres); no, ayer lo que me eché fue una soberana carcajada antes de hacer zaping (lamentables anglosajonadas a las que hay que recurrir para abreviar) de un programa documental emitido por una televisión, donde los pobrecitos machos maltratados se quejaban de su maltrato ante las hembras mafiosas que tienen toda una red social tejida para la defensa de las terribles y maltratadoras mujercitas, que encima se las echan, ellas, de víctimas.
Vamos a etiquetar la queja de los machos maltratados carentes de asociaciones o centros públicos que les defiendan, con las infantiles, y por ello bellísimas palabras, de mi Alejandra Pizarnik: Paisaje para niños lleno de arroyuelos de frescas aguas prenatales . Tal cuento, de género, como la violencia.
