Sólo de pensar en tu precioso cuerpo, cuántas ganas de morirse, sólo de pensar en mi cuerpo. Cuánto y cuánto las dos blasfemadas por cuantas manos se

nos acercasen, cuántos sucios ojos, cuántos cerebros enfermos, todos, no hay que quedarse cortas expresando "tantos". Mi preciosidad que sólo estaba orgullosa de su virtuosismo a la hora de hacer disfrutar a otros del sexo. ¿Y tú cuánto disfrutaste?, ¿tu suicidio lo indica? GRAN GENTUZA, MACHO SOBRE TODO, QUE CONVIRTIÓ EL MUNDO EN UN LUPANAR PESTILENTE A LA MEDIDA DE SU SUCIO Y TORCIDO CEREBRO, Y DE LOS CUALES NO SE PODRÁ DECIR LO QUE TÚ MISMA DE TI, QUE TENGAN NINGUNA CLASE DE VIRTUOSISMO ni siquiera en aquello único que les interesó en la vida: Follar, eso follar, esa asquerosa palabra, nada de AMAR ACOPLARSE, CUAL TU DENTRO DE MÍ CON ELLA QUE ES YO. Qué ganas de llorar, qué pena al ver tu precioso cuerpo; qué pena comprobarme en el mío a lo largo de mi más de medio siglo de existencia. Una blasfemia a la catedral de tu cuerpo todas tus experiencias, con el sexo que fuese; una blasfemia, una torpeza, una marranada frente a tu "Y ahora vos y yo haremos cosas lindas lindas", una blasfemia una torpeza pensando en tu VIRTUOSISMO cuanta mano me rozase, y ni importa el sexo que fuese.