"Inmaculada Echevarría, navarra de 51 años, sufre distrofia muscular progresiva desde los 11. Permanece inmóvil en un hospital de Granada desde hace nueve." Sus padres se le mueren, su marido se le muere, dios le obliga a dar su hijo en adopción debido a su inmovilidad; sola, tirada en la cama de un hospital a merced de sus cuidadores, y ninguna otra meta, objetivo. ¡Bueno estaría! ¡Si no nos podemos permitir las metas objetivos ni los que estamos sanos! Nos mueren con todos nuestros sueños abiertos, ojos abiertos, la herida central abierta, cada ilusión o deseo por cumplir.
Y bien, aquí tenemos al sr. Hawking, diagnosticado de su esclerosis lateral amiotrófica un poco más tarde, también con tiempo suficiente para casarse y procrear descendencia incluso más que nuestro ejemplo español de persona convertida en guiñapo por la ley de dios que dice "no matarás" y añade "únicamente al que no quiera seguir vegetando de manera vejatoria y que si de veras viésemos al fondo auténtico de su corazón lo único que desearía es verlo muerto todo empezando por dios, y el que así fuese, eso desease, sería de lo más comprensible". Aquí tenemos al sr. Hawking con ánimos y circunstancias incluso para casarse, no sólo para seguir con su empeño profesional de físico teórico, más bueno o peor, postrado al igual que nuestra amiga que ya desapareció de entre nosotros, postrado y desde hacía muchos más años que ella, pues hasta trece años mayor, nacido en 1942, ella en 1955.
Y aquí viene la enseñanza parabólica: Hasta en la condición quedar reducido a un guiñapo físico hay clases, o la circunstancia o dios hacen distingos. El obtiene nuevas bodas, publica nuevos libros, habla con sintetizador de voz hecho a su medida, tiene plena libertad, dentro de sus horrorosas restricciones, de moverse en esa silla, con la que, esa u otra parecida, tuvo un accidente de tráfico al cruzar una calle y pensar que le daría tiempo antes de que se le echase el coche que venía hacia él encima; y ahí teníamos a nuestra navarra eutanasiada en Granada, reducida al lecho al que le condenaba el que nadie le diseñase mecanismo tan sofisticado como la silla de Hawking, reducida a la nada intelectual y social sólo por no haber recibido una educación que le otorgase un título en cualquier carrera universitaria y por tanto una plaza de hecho en el mundo; amén, por supuesto, de no poder tener nuevas bodas, ella con más motivo, pues que muerto el marido, no como Hawking, todo un divorciado o de los que se pueden permitir el lujo de escoger la costilla que te herede o te dure el tiempo que; y amén, claro está, de no disponer de toda una pléyade de secretarios que te sigan a todas partes apuntando, bajo la batuta directriz de la enfermera última mujer puesta en ese connubio yo creo que por las editoriales para controlar la gallinita de los huevos bestseller por Hawking conocida, cuanto pensamiento se te ocurra para así conformar el material de tus próximas y exitosas publicaciones.
¿Hay o no hay que hasta en la condición quedar reducido a un guiñapo físico hay clases, o la circunstancia o dios hacen distingos?
"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida
"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-
"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-
Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás
Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!