"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!

se escribe como se habla se escribe como se es el alma

viernes, 18 de junio de 2010

Hablábamos de travestirse por los sueños en la página anterior y se nos vino a la mente esta preciosa imagen de Frida Kahlo

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antes de que el Diego Rivera la convirtiese en lo que ya su apellido vaticinaba: Kahlo: Caló. Y olé. Esta gitanilla bigotuda y cejijunta que le debía poner al sr. monstruo tanto de cuerpo como de pintura
Se nos vino la imagen de Frida conjugada con una frase que profirió aquella que Alejandra Pizarnik denominase como “loca de mierda”, la escritora, también mejicana, Elena Garro refiriéndose a su marido el premionobelado Paz: “Con Octavio me comporté como todo un caballero: le cedí mi lugar”.
¡Y sé por qué se me vienen juntas imagen de Frida y frase de Garro al sabio inconsciente, qué bien asocia, me admiro! : ¡Apuesto el brazo con el que escribo –deberían ser los dos por tanto y quedarme más manca que el de Lepanto si yerro… aunque para el beneficio que me da escribir, únicamente pena por mis brazos, mas espero quedarme manca de boquilla como solía presumir, habérselo arrancado un león, Valle Inclán el muy dramaturgo- a que la Garro se pensó Frida a la hora de proferir su sobresaliente frase! Frida, la que sí verdaderamente cedió su lugar al pedazo de… Diego con el que estuvo ligada, como si aquel accidente que casi la mató no la hubiese dejado lo bastante impedida.

Erase una vez un sueño ocurrido a la durmiente el 28 de junio de 1972

2

Soñaba con sus páginas impresas, libro de poemas, versos de pie quebrado.
Una mano familiar los subraya.
Se ve el libro ajado, el lomo despegado de sus tapas.
¿Cuáles de entre todos nuestros versos pasados presentes y futuros
serían dignos de esa atención subrayadora?
Buscar entre los de pie quebrado
….Como si tuviese ese tiempo, o esa facilidad de acceso a mi obra, más que ajada y desencuadernada, todavía sin encuadernar.
Pero ella me besa, Ella: la mano que subraya, delante de todos los que nos rodean, la rodean.
¿Qué más puedo pedir?
Fin de la historia o sea del sueño y su comentario realizado después de 37 años


Onírico de 1972, 12 de julio
Yo saliendo de un río. Era un hombre en este sueño, esbelto, cachas, aunque tímido. Me dirijo a un campamento y temo encontrarme con la gente. Y todo esto realizándolo como por orden o consejo de alguien; y parece ser que ese alguien me había preparado una especie de trampa. Efectivamente, la trampa consistía en que en el lugar hacia el que me dirigía se encontraba un nutrido grupo de mujeres (A todo esto el sueño no dijo o yo no anoté, si el cachas, aunque tímido, yo, estaba en pelota picada o qué, para tanta timidez de encontrarse con alguien o que la trampa fuese “un nutrido grupo de mujeres” justo en el lugar al que me dirijo por consejo-trampa de alguien) Yo iba con un bolsito, encargo (esto también sería la trampa, en paños menores, o sin paños, y encima con bolsito) del de la orden o consejo que sigo aun conociendo la broma preparada.
Las mujeres que aguardaban me veían como un hombre-objeto llegado allí a realizar su función, la función, la función de ellas, ya sabemos qué función. Huyo aterrado de las ninfómanas. Pero al parecer… me lo pienso mejor, pues vuelvo, ¿quizá todavía bajo el influjo hechizante del mandato de alguien? Entonces las mujeres reunidas allí ¿qué se van a pensar? “Este vuelve para cumplir la ‘función”
Con el hilo de las bromas o las veras, allí aparece la primera a la que le toca cumplir la “función”. Era delgada y parecía asustada, ¿por qué si se supone que ellas estaban esperando ahí para eso? Le ataban una especie de mochila llena de agua. ¿Para qué? ¿Esperaban que me sintiera como si me echase sobre un colchón de agua, quizá por lo delgada para que no notase el filo de sus huesos?
Una de las mujeres, creyéndome un ser libidinoso salvajemente violento, decía para sí y para las demás: -Si acaba con las putas presentes, o sólo con las primeras, me ofreceré yo.
Aunque este ofrecerse no estaba del todo claro en el sueño, si lo hacía por gusto, libidinosilla ella atraída por lo “salvajemente violento”, o por deber. Y anotaba la mente creadora de este onirismo una vez despierta: “Me inclino por lo segundo”.
O sea que las tías que estaban allí para embromarme escenificando el mandato de ese alguien, también hipnotizadas por él, y que me veían como el hombre-objeto que viene para que ellas cumplan su “función” o él la suya, resulta que al final aparecen asustadas y como las sacrificadas cumplidoras de un deber.
…..
Yo creo que de esta perplejidad debe sentirse la mente masculina ante el sexo deber, débito conyugal, en que acaban convertidas las más de las ninfómanas. Señoras, o, ninfómanas mías, seamos serias. ¿Quién teme al pene feroz? ¿O será a la costumbre? ¿Hastiadas de siempre el mismo mete-saca? ¿Quizá ninfómanas de fachada, seductoras de esas puertas para afuera, a la hora de “rendir” todo se les convierte en “débito”?

Y una travistiéndose por los sueños a esa preciosa edad.
¡Y una haciendo aquí el gilipollas transcribiendo sueños tan tontos como este último, cuando tenemos ahí todo un entero, libro no, tratado por lo amplio, de oníricas joyas!

Un “Articulisto” de alguien que también soñó demasiado. ¡Hasta soñó en que la amasen por escribir! Cuando de todos es sabido que lo único que ganas con eso es la enemistad de los tontos que son tantos y sobre todo suelen escribir también, con lo cual tenemos la batalla perdida si escribimos “Articulistos” o en aquel catamitano de una muy antigua y olvidada ternura.

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