
Pues he ahí tu ilustración que lo ilustra, mi título: LA MUJER EL MEJOR HOMBRE. Claro, ciertas mujeres, como tú ya más que de sobra sabes. La Mujer, con mayúscula, cuyo busto es el que aparece en tu dibujo semejando símbolo fálico. ¡¿He aquí que de tetas para arriba soy toda una Príapo?! Tú ya no estás amorcito para disputarme el título, tal que Hernández, el labriego o el cabrero, le disputase al bocazas de Lorca ser él el mejor poeta no el señorito granaíno.
¡Y mira por dónde, o sea por el dibujo, también me retrataste cual tu pez-I-C-Lo!
-De tetas para arriba soy toda una Príapo, dijo la marquesa poniéndolas sobre la mesa. Y no por estar siliconeadas como las de tantas putas figuritas del belén machista, sino por situarlas allá donde deben estar: ¿De tapón, aunque sin contacto físico (allá esos misterios "parapsicológicos" que la homosexualidad a esos niveles puede despertar) para la boca el cerdo, o como tú dirías: Para que callen ellos, los dueños del silencio, los horrendos, yo diría, los bocazas que todo lo inundaron de su caca semen al que denominaron, ¡entre otros tantísimos nombres de ¿ocupaciones?!, literatura?
No por ser perfecto deja de ser pictórico el paisaje: Ahí voy yo con mi pancarta o banderita por el dibujo de Alejandra, enarbolando con toda seguridad su rostro, cual paño de Verónica que la cara de la autora autorretrata.
-¡¿Y cuál autora?! Preguntó Sombra a Sombra, no se sabe si más aterrada que asombrada o a la inver. ¿A cuál autora autorretrata preñada de Belleza, Bosta mía?, siguiese insistiendo Bosta, si alguien, Bosta más propiamente, desde lugar ignoto no recriminase, con voz grave y lenta y triste, "¡Basta!".