"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!

se escribe como se habla se escribe como se es el alma

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Mi estampa navideña

Un padre inmigrante de la entrañable Sudamérica con sus dos hijos jugando, con una alegría en las voces y en sus presencias, a los maestros: los dos chavales, el alumno: el padre. Ellos le proponen una palabra, sacada de los títulos de los comercios, jamonería, cervecería y él la debe deletrear.

Y no sé si les habrá tocado la lotería como a unos cuantos de sus paisanos en Soria, pero da igual: la alegría la llevan ellos puesta. Por su quererse, por su estar juntos, por su poder aprender, por su poder tener acceso a un sueldo que nunca será todo lo digno, como para casi tantos no lo es, autóctonos o foráneos, por su poder vivir en definitiva. Y pienso que por qué esta estampa navideña no llega a todos. ¿Por qué no poder comer, no poder tener acceso al conocimiento, por qué las puertas cerradas de las oportunidades, las puertas abiertas de la rapiña y la corrupción nublando la vida de tantos hasta hacerla desaparecer? No nublando la vida de los corruptos y de aquellos que se erigen en muro infranqueable para cegarle el paso a la vida, al ser, al reconocimiento, a cuantos podemos ser mejores, peores, pero con tantos derechos como los demás, sea en país propio, país ajeno; no nublando las vidas de los corruptos (seguramente ellos se lo estarán pasando tan bien, aunque no con la alegría infantil de este padre y sus dos hijos) sino cegando la vida de aquellos sobre los que se nos aplicaron las corruptelas, sobre aquellos que fuimos victimados, y en nuestro país de origen, hasta el punto de cegársenos la existencia por muro más espeso que el desaparecido en Berlín. Desaparecido para cuantos no fueron las víctimas que perdieron sus vidas, no ya sus esperanzas, estrellados por las balas contra ese muro, balas nacidas de la política corrupción o criminalidad siempre ejerciendo de poderes.

Pienso que por qué no llega la alegría a las vidas de todos, sea esa alegría infantil, sin premios de la lotería de por medio, sino premio de la alegría de vivir no enturbiada por muros en los que se la empareda. La alegría de que nada, ninguna mala obra ajena, peor conciencia (conciencia que quizá ahora mismo se divierte, como decíamos, aunque jamás desde esta inocencia) estorba tu vida.

Veo a este padre, estos hijos, como los habitantes del Único país: De todos, donde todos tuviesen esa alegría de vivir de sus derechos respetados, sus vidas no estorbadas.... Y pienso en tu apatria, o nuestra apatria es Homo, que tú dijiste Alejandra, Homogenual, pues no tuviste la libertad para expresarte diciendo su nombre (como el amor que no se atreve a lo mismo) : Homosexual. Aunque pudiera parecer que fue una travesura del genio decir aquello de lo Homogenual por lo Homosexual, y sí, una ironía, pero una ironía a falta de libertad, no ironía de tenerla usándola así. Único país o nuestra Apatria es Homogenial, de seres humanos que al fin han llegado a serlo, y por ello lo de geniales: Han llegado a la humanidad de no hacer daño gratuito, daño en el que sustentar la propia prosperidad, a la humanidad de no sentirse damnificados, ni infrahumanos infravalorados o ni siquiera valorados de manera alguna de lo infra, ni superhumanos supravalorados demostrando el barro de los pies de que está hecho el ídolo en toda su anatomía no sólo peanas.

¿Y alguna vez fui yo uno de esos niños, y alguna vez fue ése mi padre? Sólo le recuerdo matándose a trabajar hasta que al fin fue abatido de lo mismo; ¡y era únicamente la supervivencia!, no era la avaricia ni la soberbia, tantas veces corrupción, que sume a tantos en sus despachos hasta caer ellos fulminados de la misma manera que se labraron todos los éxitos sociales de fulminar a los demás. Sólo le recuerdo luchando, de la única manera que pudo una vez perdida aquella guerra que lo mató aunque le dejase vivo, una vez asesinada la República por tantos, no sólo fascistas. Sólo me recuerdo de igual modo: luchando, luchando infructuosamente para jamás salir de la miseria o la precariedad, para jamás cumplir sueño alguno, para tan escasamente tener, quizá igualmente que este pobre padre sudamericano y sus hijos, ese momento de infantil alegría que debiera ser LA ÚNICA ESTAMPA NAVIDEÑA. Por ello le titulé aquel libro a su muerte, libro o fracaso pues si impublicado (fracaso hecho por la corrupción de los demás, la soberbia de los demás dictando la falta de oportunidades para cuantos no siendo ellos, ni sus amigos, ni sus familiares, ni sus conocidos, ni sus lameculos, los únicos con derecho a toda oportunidad) : "Camino de espadas". Espadas clavadas en su costado, el mío, el de mi hermana y su cáncer también enviado por la "alegría" de dios y sus caminos son inescrutables, sobre todo si ningún fajo de billetes te permite su escrutación o el poder buscarte las vías de salvación abiertas únicamente al dinero.

Esa alegría duele, esa alegría infantil del padre y sus dos hijos, duele a la vez que alegra, verdadera estampa de todos los días que debieran ser Navidad o sus prolegómenos: belleza humana; y me duele no sólo por mí sino también por ese padre esos hijos y su alegría de horas y su tragedia del antes y el después en un erial de años o en un estar muertos todos aunque se continúe viviendo.

No quitemos la lágrima al cascabel, pues ella es torrente. Aunque convenga a la insana carcajada del poder que lo domina todo, que aquí sólo se profieran risitas o risotadas pues a ellos, a ellos, a los únicos, les va muy bien. Sin importar la corrupción ni la idiocia en que está envuelto todo, fantástico papel de regalo para envolver todas las tragedias que jamás afectarán a sus vidas, pues en primer lugar están muertos, están muertos de triunfo, del triunfo de ellos que será el fracaso de la entera humanidad. Naufragio de esa alegría que brota por milagro.
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