
Ya que hablábamos de metáforas o licencias poéticas en http://soloveorosas3.blogspot.com/2009/02/un-atomo-que-florece-en-el-desierto.html y sacábamos a colación ahí una de esas licencias poéticas o metáforas un poco o un mucho tontas como ese átomo que florece y en el desierto extraída de la película "Viajeras del tiempo", traigo aquí esta otra metáfora de sueños que se pudren y fétidos cielos... ambos tan reales, acompañada del rostro de una de las prota. de la peli.
Y acompañemos de la magnífica frase Pizarnik: las palabras caen como el agua yo caigo.
Caigamos como el agua de ese fétido cielo ¿Y lavar eso que se pudre del sueño? Lo putrefacto también quiere vivir, tanto es así que nacemos de esa podredumbre que descompone a la flor para fabricar otra.
No reparamos, sobre todo las limpitas (que nos llamaría la Pizar) en la fuerza generatriz de la podredumbre. Craso error que pagamos con los sueños se pudren. Estoy aquí gracias a la podredumbre que me enterrará. Tampoco es que pueda alborozarme mucho por ello. Y qué más da la ubicación de la podredumbre, la propia reprimida (da igual la que mi mano reprimiera o la que me reprimiese la infame circunstancia) la ajena desatada (estos no yo no deben tener infame circunstancia, o en sí freno alguno, tonto es como el payaso, también de la Pizarnik, querer llegar hasta ciertos límites cuando lo ilimitado que pudre para dar vida es lo único que prospera)