"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!

se escribe como se habla se escribe como se es el alma

lunes, 27 de julio de 2009

Ludwig Wittgenstein & Adolf Hitler: El amor imposible que trajo sobre Europa and mundo la 2ª guerra mundial

Me encanta que me haya tocado actualizar este diario, cuando tenía intención de escribir estas palabras.

Una se entera a estas alturas (Alturas o desfases temporales que el oscurantismo intelectual suele imponer a todo lo que no conviene ser dicho, si no el silencio universal para el resto de lo que al mundo le quede de historia) de que el judío al que con tanto "afecto" odió Hitler durante toda su existencia "Mein Kampf", no fue otro que su condiscípulo Wittgenstein; vamos, una se entera, y a estas alturas, que fueron condiscípulos.

El judío rico que escribiera aquel libro intragable del que él mismo renegó, "Tratado lógico filosófico", y del que Alejandra P. B. Kolikovsky dijese con tanta autoridad: "¡Cállate so Wittgenstein!", harta, con toda probabilidad, de no oír otra cosa en los cenáculos literarios filosóficos de su época, y de la nuestra, que hablar de aquel Tratado del que su mismo autor renegó; ese judío rico que dijese en uno de sus aforismos frase que vale por toda su obra, o por la consideración de genio en la que se le tuvo-tiene: "Me gustaría discutir con Dios" (Algo que yo todos los días hago. Y como él no contesta, mi discusión suele resumirse al monólogo, al hablar con una misma espera hablar con Dios un día, al monólogo de yo poner verde a ese dios recordándole continuamente su chapucera condición... si es que recuerda, si es que existe ese que debiera recordar)... Precisamente ese judío fue el amor imposible de un Adolf Hitler que truncado en su natural homosexual ¡fijémonos la que desencadenó! Al fin amó a alguien más que a su perrita a la que sacrificó antes de su propio suicidio en el único acto de compasión que se le conoce.

Un aries, Hitler, y un tauro, Wittgenstein, nacidos en el mismo año, mismo mes, sólo con seis días de diferencia, 20 de abril Adolf Hitler, 26 de abril el filósofo que en el fondo no quiso serlo (¿Y cuál destino más penoso, el de alguien convertido en asesino de la raza judía --y de rechazo de muchísimos más millones de rusos y otros millones en mundo afectado por aquello llamado mundial guerra-- por despecho al compañero al que pudo amar y la riqueza de éste lo impidiera, nada de racismo del primero; o la penosa vida de alguien que escribe lo que en el fondo ni quiso escribir por el único afán de lucirse, cual su colega Nietzsche, martillo en alto que le presentase ante su espejo de Narciso como alguna especie de Odín del verbo?) . Y un tauro, Wittgenstein, muerto seis años después de su amor imposible (o él el amor imposible del otro, mismo da. Seguramente Wittgenstein amó cuando el otro en su exilio-destino de loco, propiciado por la sociedad de su tiempo y el destino, ya únicamente estaba sumido en su orgía de sangre y de exterminio hacia aquello, que, como dijo Oscar Wilde, todos matamos lo que amamos, hacia aquello que lo rechazó o de lo que se sintió rechazado) Hitler el 30 de abril de 1945, Wittgenstein el 29 de abril de 1951. Seis días antes nació el que quiso exterminar a todos los judíos (¿Qué hubiera hecho llegado a Wittgenstein? No habría venido nada mal para el destino de tantos judíos asesinados y tantos millones de rusos, que hubiese sido Wittgenstein, el que nunca lo hizo, el primero en caer en sus manos. Seguramente no sólo a Hitler le hubiese encantado sino al propio Wittgenstein) Seis años después, le precedió en el día del mes de abril, 29, el filósofo en su muerte; un 30 de abril se suicidó el otro arrastrando en ello a una mujer con él lo mismo que a su perrita.

Concluyamos diciendo algo parecido a Madariaga: Por estas casualidades de fechas y vidas confluentes a la fuerza o por capricho de las clases sociales (riqueza pobreza) divergentes, habla Dios... O hubiese hablado. Desde luego quien sentenció fue el destino, esa piscina sin agua a la que todos nos tiramos de cabeza y sea lo mismo que los otros o los acontecimientos nos arrastran. La riqueza del judío y ¿la imposibilidad de aceptarse como homosexuales (desde luego la imposibilidad absoluta de que les aceptasen los demás) ambos?, la imposibilidad de que ambos hubiesen tenido esa mínima hombría, condujo a la humanidad a uno de los peores y más horrendos, por número de víctimas y tan variadas fórmulas de lo espeluznante, baños de sangre, en el cual también tanta sangre de homosexual se vertió, no sólo judíos, pero no la de estos dos homosexuales que aquí emparejamos (Y QUE SEGURAMENTE ELLOS, EN DIFERENTES MOMENTOS DE SUS VIDAS CADA CUAL, HUBIESEN ESTADO TAN A GUSTO DE QUE SE LES EMPAREJASE) y tampoco la del homosexual Goering. Por estas y otras sospechas (tanto maricón disfrazado de más macho que nadie que por el mundo ha sido y tanto mal han vertido, líderes político-militares --pienso también en Franco y otros tantísimos y por lo mismo innombrables aquí para no extendernos-- líderes religiosos, líderes y sus innúmeros seguidores, pienso no únicamente en casi todos los Papas y su legión de sicarios apóstoles menores desde luego no de Cristo) acuñé aquella frase que escribí por primera vez en mis diarios borrados en ya.com "Mundo macho maricón". ¿Y mereció la pena a la humanidad, se lo preguntásemos a las víctimas que fueron asesinadas de modos tan horrendos, ese baño de sangre imborrablemente histórico por que viese la luz ese librito o mamotreto "Tratado lógico filosófico" del cual hasta su mismo autor renegó? Nos gustaría saber si el otro, de la pareja homosexual aquí tratada, renegó también a la hora de su suicidio de que el odio-amor hacia su condiscípulo judío rico, y el borreguismo de cuantos le rodearon, le hubiese conducido a figurar como uno de los peores monstruos de la historia.

Prometo leerme el tratado, que seguramente nada tendrá de lógico aunque de ello presuma en su nombre, para APRECIAR en toda su medida cuánto convino a dios la humanidad el destino el que viesen la luz los tratados lógicos y los mein kampf, en vez que estos dos hubiesen follado cuando eran condiscípulos o después.... En vez de que no se hubiese derramado la sangre despreciado anulado los cerebros y las vidas de tantas y tantas inteligencias, muchas de las cuales hubiesen podido escribir obras realmente dignas cual la pobrecita Ana Frank y aquella otra adolescente judía holandesa, de la cual no recuerdo el nombre, igualmente aniquilada en las posibles obras de su sensibilidad e inteligencia.
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