conocido por fiesta nacional, o sea la tortura pública de un toro a lo cual llaman arte (¿y qué no es arte hoy día o poesía o literatura, a cuántos zopencos no vemos licenciados por cualquier mostrenca universidad?)
Si sin euro pelado que me amparase, o peseta en su día, he sido capaz de escribir más páginas que las que contiene cualquier libro (siempre que no sean de poesía, pues esos ya sabemos que a los trabajadores de los mismos con rellenar unas cuantas paginitas ya se les puede calificar su "trabajo" de libro) al año. ¡¿Qué habría hecho yo de contar con una mínima parte de esa tajada que el estado regala o tira, o nos escupe a los ojos una vez más, empleándola en la barbarie?! AL MENOS PUBLICARLOS. ¿Qué menos? Todo trabajador tiene derecho a su salario. Cosa que ya reconoció hasta Cristo. O al menos que se le reconozca que trabajó, máxime si encima se le mata de hambre y otras carencias, todas carencias, en el desempeñe de su labor.
Y hablemos de eso único que te permite vivir en este mundo, hablemos del dinero una vez más, mezclado con las subvenciones a las artes http://ionlyseerosesii.blogspot.com/2009/10/visca-catalunya-acabad-de-una-vez-con.html : Un tal Sánchez Dragó, primero pagado o subvencionado por la izquierda, como ahora por la derecha, ¡se dice contrario a eso de las subvenciones! Vamos sr. mío devuelva usté hasta la última peseta que le permitió publicar sus libros, trabajar en ellos. Y si está en contra de las subvenciones y a favor de la tortura de animales (siempre que los mismos no sean su gato) por fiesta nacional conocido, que cada torero o criador de reses bravas o regentador de coso taurino se aguante su vela, o coma de los beneficios que obtenga por su trabajo no de estatales regalos arrancados a mi bolsillo o al silenciamiento impublicación de mis libros.
Algo así que deberían decirse o reclamar a gritos en manifestaciones, los autónomos, esos curritos en el punto más bajo de la escala laboral que al ser sus propios patronos se piensan todos unos industriales reclamando la dimisión de un presidente socialista, como si la única alternancia gubernamental, la derecha, aquí, y en todas partes, tan fascista, les fuese a traer solución alguna a su canina miseria.
