de las tribus urbanas de todas las épocas, desde los hippies de antaño hasta los pijos de hogaño y sus partidarios y sus antípodas, los macarras los rock duro, los passo tío passo tío.
Algo es de lo más meridiano en todo esto de los grupos, clasificaciones, encasillamientos, comportamientos manada: ELLOS, LOS TÍOS, PASSA TÍA PASSA TÍA QUE ES ASÍ, LOS CREADORES DE TODAS ESTAS MODAS MANDANGAS PASARELAS CIBELES, GLAMOUR, QUÉ LES GUSTA A ELLOS COMPARTIR TODO LO QUE SEA VICIO, DESDE EL LADO HETERO U HOMO DE LA VIDA. ESA VIDA CONVERTIDA EN LUGAR TAN INFIERNO COMO ES EL HORRENDO MUNDO TAN A SU SUCIA MEDIDA.
Los ositos. Así se hacen llamar las mariconas de pelo en pecho, bigotes a lo Nietzsche, el filósofo de las nietzschedades como lo calificara Alejandra, más que del martillo, al que tanto admiran. Ellos no son, por dios, afeminados, ¡vade retro semejante proposición a su misoginia!.... Ese prostíbulo, para describir la náusea que me viene a la garganta, en que convierten cuanto tocan, esa cama redonda de todos con todos, ¡¡Sálvense los escasísimos de uno en uno y de tiempo en tiempo, que también los habrá si aspiran a ser pareja de hecho-derecho y tener descendencia por derecho si no por hecho!!, esa repugnante promiscuidad que les caracteriza tanto a gays como a heteros. Esa repugnante promiscuidad de la que acaban contagiando a las mujeres que jamás tuvieron personalidad, llevan en esa escuela obligatoria vejatoria desde milenios. Y así vemos a las mujeres heteros haciendo de putas para todos los modistos, peluqueros, que las tratan cual loros, dada la hombría de los mismos a la búsqueda de los modelos de "femineidad"; y así a las lesbianas copiando las tribus ositos y otras, convertidas en máscaras de sí mismas de lo tan "femineidad".
