Dedicado a Dios en su aniversario cinco mil millones
En estos días (En unos cuantos de mis diarios donde transcribo poemas de este "Poesía para un desnudo sin consideraciones", sobre todo en Poesis y Poesas sin mercado , por un dato circunstancial del poema allí expuesto, parecieran ser "estos días" no antes de 1987 ni después de 1989) aparece en la prensa un crucigrama que pasará a las estadísticas del Guinness como "el más grande de España" -¡Todavía mayores los construyen por ahí!- Al autor le cuesta elaborarlo 1.500 horas de trabajo en nueve años.... Solucionarlo será cosa de bastante menos tiempo.
Éste es verdaderamente un ejemplo teológico. E inducimos, de algo cuya trascendencia no pasará del Guinness... ¡La Edad de Dios! Esta no puede pasar de los cinco mil millones de años, edad estimada del Universo. Si al hombre ha de llevarle menos tiempo resolver el problema planteado en la Creación que fabricarlo al Creador mismo, todavía deberemos echarle un poco de paciencia a los doscientos millones de añitos, millón arriba millón abajo, que tenemos invertidos en esto.
Dicen que más sabe el Diablo por viejo. Unos cuantos millones de años más y al calendario-árbol de la Vida se le habrá caído su última hoja exponiendo con ello a, nuestra ya no, indiscreta mirada, de los afortunados humanos o humanoides por ahí repartidos, hasta la más íntima hermosura, desgarro de la Gran Dama por Creación conocida.
Dios y nosotros dejaremos de cumplir años cuando esto ocurra.
Y este pequeño relato es un regalito que yo le hago a mi "Sexo del alma" más querido, mi diario bandera de la República en amarillo rojo y morado.